Sunday, September 17, 2006

Carlos: el costurero de zapatitos blancos

Son las 8.30 de la mañana y ya estamos sentados en el sillón de terciopelo acrílico organizando la jornada. Christoph tenía un as verde guardado en la manga. Su hermano es Carlos, el mejor costurero de la ciudad y un elemento del que había oído hablar en numerosas ocasiones con tanta admiración como miedo. Miedo porque ha escapado de la mayoría de los sitios en los que ha empezado a trabajar, arrastrado por el aburrimiento de la falta de clientela o del nivel básico de los encargos. Aprendió la costura de la mano de un sastre francés, de picada muy fina y visión vanguardista. Mucha conversación intensa con Christoph ayer por la noche. “Carlos es una persona muy especial. Trabaja a su manera pero es un costurero excepcional, creo que este proyecto es una oportunidad muy interesante para él.” Estamos a mitad de producción y los balanceos en barca de Claude sumado al ritmo pausado y abanicado de los africanos nos están retrasando un poco el programa. Tenemos que meter el riesgo en la cama y taparlo bien tapadito para que no se enfríe. Accedemos a conocer a Carlos. Dos zapatitos de cuero blanco desgastado, pantalón de pinzas, camisa tirolesa y una americana de cuadros claros visten al tipo que estamos esperando. Ese es Carlos. Un personaje de estatura baja, complexión delgada y expresión cansada. Se mueve ágil y nervioso. Nos observa con más ojos de los que tiene en la cara, sobrado de humildad. Le explicamos el proyecto con mucha paciencia y dejamos que vaya entendiendo poquito de la mano de poquito. Tiene ojos de platos. Carlos puede ser el personaje perfecto para moldear las piezas de pasarela. Está dispuesto a empezar hoy mismo así que le adjudicamos una pieza de producción para probar su nivel. El sábado, día de cobro, Carlos nos demuestra su rapidez trabajando y la calidad de la que se rodea. El taller ya conocía a Carlos, Kigali es como un pueblecito. Se ha incorporado con un apretado abrazado y un buen puñado de carcajadas nostálgicas. Sus zapatitos blancos resuenan arrastrados por todo el taller. Un equipo nuevo se une a la expedición, se trata de la cooperativa de estaño de Ruanda. Artesanos que trabajan a mano todo tipo de creaciones en estaño 99%. La cooperativa estuvo formada por un ruandés que estudió un “stage” en Francia de artesanía orfebre y un monje benedictino especializado también en la orfebrería. Nuestro contacto es Antoine Bizimani, director de la cooperativa. Fijaremos una cita con él la semana que viene para hablarle de nuestro proyecto y de nuestras creaciones para la línea de complementos. Parece un tipo encantador y muy dispuesto. Nuestra "caisse de couture". Fabricada en cuero, perfecta para llevar los imprescindibles: hilo, tijeras, cinta métrica, alfileres, agujas, tiza etc.

1 comments:

Anonymous said...

Ole ole!! Por fin noticias del taller...ya lo hechaba de menos. Es como una novela...espero tus blogs con entusiasmo. Un beso,
CRIS

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